Alguna vez te pareció que el famoso programa que habías instalado ¿no lo entendía ni Dios? ¿Te acordás cuando le diste click a ese botón que parecía inocente y terminaste tirando al tacho de basura horas y horas de trabajo?
Tranquilo muñeco, no estás solo. Unite al club, que somos varios miles. Como dice la famosa frase, no nos une el amor, sino el espanto.
Gracias a Toni, mi profesor de diseño por mostrarme el video, que seguramente anda dando vueltas desde hace mucho.
Pero nunca es tarde para verlo.